PAUTAS DE
CRIANZA PARA NIÑOS Y NIÑAS
La crianza de
los niños es una de las tareas más satisfactorias del mundo, y aquella para la
cual puede sentir que está menos preparado. Nos hemos acostumbrado a escuchar
eso de que “NADIE LE ENSEÑA A UNO A SER PAPÁ O MAMÁ”, sin embargo eso no es del todo
cierto, la experiencia familiar, las instituciones educativas, un amigo modelo
a seguir o una familia que se ve y se percibe como un grupo armónico y feliz,
además de la gran cantidad de información disponible son de gran ayuda para
este proceso de ser “BUENOS PADRES” y es
cada día más viable y posible lograrlo, es por esto que desde el PES queremos proponerle los siguientes
pasos.
A continuación
se incluyen nueve consejos para la crianza de un niño que pueden ayudarle a
sentirse más satisfecho como padre y, también, a disfrutar más a sus hijos.
- Aunque lo esté
regañando dígale a su hijo o hija que lo quiere
Es muy pero muy
importante que el niño o niña escuche que lo quieren a pesar de haber hecho
algo incorrecto y que su mamá o su papá o ambos se lo dicen, sin que
esto signifique que cuando se debe corregir se debe hacer y en proporción a lo
que él ha hecho.-
Los niños desde
el vientre empiezan a reconocerse y a quererse y aceptarse o por el contrario
se perciben a sí mismos como incapaces, tontos o inferiores a otros. Es cierto
que ellos se ven a sí mismos a través de
los ojos de sus padres. Los niños asimilan su tono de voz, su lenguaje corporal
y todas sus expresiones. Sus palabras y acciones como padre tienen un impacto
en el desarrollo de su autoestima más que ninguna otra cosa. El elogio de los
logros, aunque sean pequeños, hará que los niños estén orgullosos; permitirles
que hagan cosas por sí solos los hará sentir que son capaces y fuertes. Por el
contrario, los comentarios negativos o las comparaciones en las que el niño o
la niña sale perdiendo, con respecto a otros niños los hará sentir inútiles.
Evite las palabras
negativas tales como “sí que eres tonto” o “sabes que así no te quiero” son hirientes
y más que ayudar a hacerlo fuerte o “pilo” pueden causar el mismo daño que los golpes
físicos. Elija las palabras con cuidado y sea compasivo. Dígales a sus hijos
que todas las personas cometen errores y que usted aún los ama, incluso cuando
no apruebe su comportamiento, insista en
que confía en que va a mejorar con su apoyo y confianza.
- Reconózcale cuando hace algo bueno y si puede
enfrente de otros.
¿Se detuvo a
pensar alguna vez cuántas veces al día tiene reacciones negativas para con sus
hijos? Es posible que se dé cuenta de que los critica muchas más veces de las
que los felicita. ¿Cómo se sentiría si un jefe lo tratara de un modo tan
negativo, incluso si fuese con buenas intenciones?
Para el niño
valdrá mucho si le dice: “Tendiste tu cama sin que te lo pidiera, ¡eso es
genial!" o "Te estaba mirando mientras jugabas con tu hermana y
fuiste muy paciente". Estos comentarios positivos serán mucho más eficaces
para alentar la buena conducta a largo plazo que las reprimendas continuas.
Propóngase
encontrar algo para elogiar todos los días. Sea generoso con las recompensas:
su amor, sus abrazos y elogios pueden hacer maravillas y suelen ser suficiente
gratificación para lograr que su hijo o hija cambie positivamente. Pronto
descubrirá que está "cultivando" en mayor medida el comportamiento
que desearía ver.
- Establezca límites y
sea coherente con la disciplina: cumpla con lo que ofrece.
En todas las
casas es necesaria la disciplina. El objetivo de la disciplina es ayudar a que
los niños elijan los comportamientos aceptables y aprendan a auto controlarse.
Es posible que pongan a prueba los límites que usted establece, pero son
imprescindibles para que ellos se conviertan en adultos responsables.
Poner reglas en
la casa ayuda a que los niños entiendan sus expectativas y desarrollen el
autocontrol. Algunas reglas pueden incluir, por ejemplo, no mirar televisión
hasta que estén hechas las tareas y no permitir los golpes, los insultos ni las
burlas hirientes.
Es recomendable
que implemente un sistema: una advertencia seguida de consecuencias, que pueden
ser una penitencia o la pérdida de privilegios. Un error frecuente que cometen
los padres es no seguir adelante con las consecuencias. No puede disciplinar a
los niños por una mala contestación un día e ignorar el hecho al día siguiente.
Ser consistente les enseña qué es lo que usted espera.
- Regálese un tiempo para sus hijos
A menudo es
difícil que los padres y los niños se reúnan para una comida en familia, ni
pensar en que pasen juntos tiempo de calidad. Sin embargo, es probable que no
haya nada que a los niños les gustaría más que eso. Levántese 10 minutos antes
a la mañana para poder desayunar junto a sus hijos o deje los platos en el
fregadero y salga a caminar después de cenar. Los niños que no reciben la
atención que desean de sus padres a menudo sobreactúan o se comportan mal
porque, de ese modo, están seguros de que recibirán su atención.
Muchos padres
descubren que es gratificante programar tiempo para pasar con sus hijos.
Programe una "noche especial" cada semana para estar juntos y deje
que sus hijos ayuden a decidir cómo pasar el tiempo. Busque otras formas de
relacionarse, por ejemplo, ponga una nota o algo especial en las loncheras de
los niños.
Los
adolescentes parecen necesitar menos atención individual de sus padres en
comparación con los niños más pequeños. Puesto que hay menos oportunidades de
que padres y adolescentes pasen tiempo juntos, los padres deben hacer su mayor
esfuerzo para estar disponibles cuando sus hijos expresan el deseo de hablar o
participar en actividades familiares. Asistir a conciertos, juegos y otros
eventos con el adolescente es una forma de transmitir afecto, y le permite a
usted conocer otros aspectos sobre su hijo y sus amigos que son importantes.
No se sienta
culpable si es un padre que trabaja. Los niños recordarán las pequeñas cosas
que usted hace, por ejemplo, preparar palomitas de maíz, jugar a los naipes,
mirar vidrieras.
- Sea un buen modelo a
seguir
Los niños pequeños aprenden mucho sobre cómo actuar
al observar a sus padres. Cuantos más pequeños, más lo imitan. Antes de
reaccionar agresivamente o enfurecerse frente a su hijo, piense en lo
siguiente: ¿es así como desea que el niño se comporte al enfadarse? Esté
siempre consciente de que sus hijos lo están observando. Los estudios han
demostrado que, por lo general, los niños que dan golpes imitan el modelo de
agresión de sus casas.
Sirva de
ejemplo de las cualidades que desea cultivar en sus hijos: respeto,
cordialidad, honestidad, amabilidad, tolerancia. Sea generoso. Haga cosas por
los demás sin esperar una retribución. Exprese su agradecimiento y haga
elogios. Por sobre todo, trate a sus hijos del mismo modo que espera que otras
personas lo traten a usted.
- Haga de la
comunicación una prioridad
No puede
esperar que los niños hagan todo sólo porque usted como padre "así lo
dice". Ellos desean y merecen explicaciones al igual que los adultos. Si
no dedicamos tiempo a dar explicaciones, los niños comenzarán a cuestionarse
nuestros valores y motivaciones, y si estos tienen fundamentos. Los padres que
razonan con sus hijos les permiten entender y aprender sin emitir juicios de
valor.
Deje en claro
sus expectativas. Si hay un problema, descríbalo, exprese sus sentimientos e
invite a su hijo a que busquen juntos una solución. No olvide mencionar las
consecuencias. Haga sugerencias y ofrezca alternativas. Además, esté dispuesto
a escuchar las sugerencias de su hijo. Negocie. Los niños que participan en la
toma de decisiones están más motivados a llevarlas adelante.
8. Sea flexible y esté
dispuesto a adaptar su estilo de crianza
Si el
comportamiento de su hijo lo decepciona con frecuencia, quizás se deba a que
sus expectativas no son realistas. Para los padres que piensan en "lo que
se debe" (por ejemplo, "A esta altura, mi hijo debe usar el
orinal"), puede ser útil leer sobre el tema o hablar con otros padres o
con especialistas de desarrollo infantil.
El entorno que
rodea a los niños tiene un impacto en su comportamiento; por lo tanto, puede
cambiar ese comportamiento si modifica el entorno. Si continuamente tiene que
decirle "no" a su hijo de 2 años, busque algún modo de reestructurar
el entorno para que haya menos cosas prohibidas. Esto será menos frustrante
para ambos. A medida que su hijo cambie, tendrá que modificar gradualmente su
estilo de crianza. Lo más probable es que lo que hoy resulta eficaz con su hijo
ya no lo sea tanto en uno o dos años.
Los
adolescentes suelen buscar más modelos a seguir en sus pares y menos en sus
padres. Sin embargo, no deje de orientar y alentar a su hijo adolescente ni de
impartir la disciplina adecuada mientras que, a la vez, le permite
independizarse cada vez más. Y aproveche todos los momentos que tenga para
entablar una relación.
Como padre,
usted tiene la responsabilidad de corregir y guiar a sus hijos. Sin embargo, la
forma en que expresa su orientación correctiva tiene una gran influencia en la
forma en la que un niño la recibe. Cuando tenga que enfrentarse a su hijo,
evite echar culpas, hacer críticas o buscar defectos; todo esto puede debilitar
la autoestima y provocar resentimiento. En cambio, haga un esfuerzo por educar
y alentar, incluso cuando discipline a sus hijos. Asegúrese de que ellos sepan
que, aunque desea y espera algo mejor la próxima vez, su amor es incondicional.
- Esté consciente de sus propias
necesidades y limitaciones como padre
Enfréntelo:
usted no es un padre perfecto. Como jefe de familia, tiene fortalezas y
debilidades. Reconozca sus habilidades: "Soy cariñoso y dedicado".
Prometa trabajar en sus debilidades: "Debo ser más coherente con la
disciplina". Intente tener expectativas realistas para usted, su cónyuge y
sus hijos. No es necesario que sepa todas las respuestas: sea indulgente con
usted mismo.
E intente que
la crianza de los hijos sea una labor que se pueda manejar. Concéntrese en las
áreas que necesitan la mayor atención, en lugar de intentar abordar todo a la
vez. Admita cuando se sienta agotado. Quítele tiempo a la crianza para hacer
cosas que lo harán sentir feliz como persona (o como pareja).
Centrarse en
sus necesidades no lo convierte en una persona egoísta. Simplemente quiere
decir que se preocupa por su propio bienestar, otro valor importante para que
sus hijos tomen como ejemplo a seguir.
- Acepte cuando se ha equivocado y reconózcalo
frente a su hijo o hija, NO perderá autoridad.
Es posible que
por cansancio, o por estar agobiado por problemas del trabajo, grite en el
momento de corregir a su hijo o hija sin que esto fuese necesario, o peor aún
no le escucho y simplemente le mando a su cuarto u otro lugar diciéndole “ahora
no me moleste, no tengo tiempo para esa bobada”. Sin querer a usted asumido un
comportamiento o una actitud que el niño o niña interpretara negativamente para
con sigo mismo. En el momento en que se calme y pueda tener control de usted
mismo: vaya, busque usted a su hijo o hija y dígale mirándolo a los ojos y con
voz tranquila “discúlpame la verdad estaba alterado por algo del trabajo, eres
lo más importante para mí y no debí haberte gritado, discúlpame te amo”. No
piense que hacer esto le quitara autoridad frente al niño NO, por el contrario
le brindara a ambos una posibilidad de hablar y entender al otro.
Docente: Martha Bejarano
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